El olivar de los ecosistemas más sostenibles - Fragata
Conocer el olivar Fragata

Si tuviéramos que elaborar el top tres de los cultivos mediterráneos, estos serían sin duda, el trigo, la vid y el olivo.

Tal es su importancia que son conocidos como la tríada mediterránea.

Estos cultivos nos permiten obtener algunos de los alimentos más básicos y característicos de nuestra gastronomía, como son el pan, el vino y el aceite de oliva, pero su importancia va más allá ya que juegan un papel fundamental en el mantenimiento de la biodiversidad.

Si nos centramos en los olivares, ahí donde el ojo muchas veces solo ve hileras de olivos durante hectáreas y hectáreas, hay una diversidad biológica digna de observar, sobre todo, si se tiene en cuenta que en España hay más de 2,7 millones de hectáreas dedicadas al cultivo del olivar.

¿Qué es la biodiversidad?

La biodiversidad o diversidad biológica es el conjunto de seres vivos que habitan en un determinado entorno interactuando entre sí.

El olivo es un tipo de cultivo que está muy adaptado a las condiciones climáticas de las diferentes zonas mediterráneas y esto hace que los seres vivos que habitan con ellos también lo estén.

¿Cuál son estos seres vivos?

  • Microbiota. Lo más invisible al ojo humano, pero que tiene un papel fundamental en la fertilidad de los suelos ya que está formada por microorganismos que descomponen la materia orgánica muerta del suelo en materia inorgánica que puede volver a ser utiliza por las plantas.

Se encuentran principalmente en la parte de la raíz que está más próxima al suelo y, aunque la mayoría son beneficiosos para el olivo, hay que prestar atención ya que también existen algunos que son patógenos y pueden dañar al árbol.

  • Flora. En el olivar, por lo general, la flora que se da está formada por plantas que están adaptadas a crecer en medios alterados por la acción del hombre y con suelos que presentan una alta cantidad de nitratos.

Algunas de estas plantas son mostaza blanca, manzanillas, tréboles, olivardas, jaramagos, esparragueras, hinojos, ortigas, amapolas, margaritas.

  • Fauna. Existe un gran número de animales que conviven en el olivar y tienen un papel importante en la sostenibilidad del cultivo gracias a la materia orgánica que aportan y a que ayudan a controlar las plagas.

Podemos ver desde pequeños invertebrados como arañas, escarabajos, hormigas, abejas o polillas, pasando por reptiles como lagartijas y serpientes, hasta llegar a aves y mamíferos como liebres, conejos, ratones o zorros.

Este ecosistema tan diverso, variará también en función de si se opta por un cultivo intensivo o tradicional.

Si bien es cierto que los cultivos intensivos son más rentables, también son muchos más agresivos para el medio ambiente que los cultivos tradicionales, por lo que vamos a centrarnos en estos últimos.

 

¿Cómo contribuye el cultivo del olivar a mantener el ecosistema?

Como ya hemos dicho, un cultivo tradicional del olivo es mucho más respetuoso con el medio ambiente y con los seres vivos que habitan en él.

Algunas de las ventajas que aporta son:

  • Permite conservar la flora y la fauna autóctona de la zona.
  • Conserva la biomasa, lo que hace que se evite la erosión del suelo.
  • Evita la pérdida de nitrógeno, importante para que la vegetación se desarrolle.
  • Absorbe más carbono y gases de efecto invernadero.

Con todo esto, además de una plantación más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, podemos obtener frutos que nos permiten crear unos aceites de oliva con unos matices únicos debido a la diversidad biológica que gira en torno al olivar.

 

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