Beneficios de los aceites medicinales elaborados con aceite de oliva
aceites medicinales

Hoy en día, uno de los usos más habituales del aceite de oliva es el culinario, pero ¿sabías que hace más de 6.000 años ya se utilizaba con otros fines?

Por aquel entonces, la civilización minoica ya le daba uso para el cuidado corporal, la cosmética, la iluminación e, incluso la medicina, aunque es en la antigua Grecia donde su aplicación con usos medicinales y terapéuticos más se extiende, gracias a, entre otros, Hipócrates, que mencionó más de 60 usos diferentes para heridas, infecciones o, incluso, quemaduras.

Hoy en día, esta aplicación la podemos incluir dentro de la fitoterapia, es decir, la ciencia que estudia el uso de los productos vegetales con una finalidad terapéutica para prevenir, curar o aliviar síntomas y enfermedades.

El aceite de oliva posee numerosas propiedades, no solo nutricionales, sino también curativas ya que es un humectador natural que regenera las células de la piel y suaviza la epidermis, por lo que si se combina con determinadas plantas medicinales se obtienen aceites medicinales con diferentes propiedades.

¿Qué son los aceites medicinales?

Son una maceración de plantas con propiedades medicinales en un medio acuoso, en este caso, en aceite de oliva.

En este proceso, el aceite extrae los principios activos de la planta, obteniéndose un oleato que, o bien se puede utilizar directamente sobre la piel, o bien se puede utilizar para elaborar otros productos de cosmética natural como bálsamos labiales, jabón, champú o cremas corporales.  

¿Cómo se elaboran aceites medicinales?

Lo primero, es seleccionar un buen aceite de oliva, en cuanto a las plantas, normalmente, se suelen utilizar secas ya que el agua de la planta fresca puede corroer el aceite, si se cogen frescas, lo ideal es dejarlas secar durante 24-48 horas.

En función de las plantas que se maceren, el aceite tendrá unas propiedades u otras que aplicar en diferentes ocasiones.

Te dejamos a continuación dos aceites medicinales que puedes elaborar en casa.

Aceite de romero

Gracias a su alto contenido de antioxidantes actúa frente al envejecimiento aportando una gran hidratación a la dermis.

Posee también propiedades antisépticas y antibióticas, gracias a las cuales favorece la cicatrización de heridas.

Mezclado con champú combate la caída del cabello y la caspa.

Para elaborarlo solo hay que seguir estos pasos:

  1. Lavar bien las hojas de romero y dejar que se sequen completamente.
  2. Añadir el romero en un recipiente seco, cubrir con aceite de oliva y cerrar bien.
  3. Dejar reposar la mezcla para que macere en un lugar oscuro y templado durante, al menos, un mes.
  4. Pasado ese tiempo, colar el aceite con la ayuda de un paño de algodón y conservar en un frasco, si es translúcido, mejor.

Aceite de manzanilla

Se utiliza sobre todo para infecciones e inflamaciones en la piel gracias a la gran cantidad de fibras vegetales solubles que ayudan a proteger la piel y a los flavonoides, que son potentes antioxidantes y protegen de la luz ultravioleta y otras agresiones externas.

A nivel capilar se usa como suavizante y para aclarar de manera natural el cabello.

Su elaboración es muy sencilla:

  1. Comprar flores secas de manzanilla o dejarlas secar, limpiarlas para quitar todas las impurezas.
  2. Coger un frasco limpio y seco y llenarlo de aceite unas ¾ partes.
  3. Añadir las flores y remover para que todas queden cubiertas por el aceite, una vez conseguido, cerrar bien el bote.
  4. Colocar el frasco en un lugar donde le dé la luz del sol unas 6-8 horas al día, revisando cada día para que no haya humedad, en cuyo caso se puede eliminar con un papel y volver a cerrar el frasco cuidadosamente.
  5. Pasadas dos semanas, filtrar el aceite a un nuevo envase utilizando un paño de algodón. Conservarlo en un lugar fresco y seco.

¿Qué te han parecido estas propuestas?

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