La historia de la sopa de tomate es tan rica como su sabor reconfortante. Se dice que esta apreciada sopa tiene sus raíces en América Central y del Sur, donde los indígenas ya cultivaban tomates mucho antes de que Colón los llevara a Europa en el siglo XV.
Sin embargo, la sopa de tomate tal como la conocemos hoy en día tiene sus orígenes en Europa.
Aunque los tomates fueron recibidos inicialmente con escepticismo por la creencia que era venenosa, en parte debido a su parentesco con la planta de la belladona, eventualmente se convirtieron en un ingrediente esencial en la cocina mediterránea.
Fue en Italia donde los tomates encontraron su lugar en la gastronomía, dando lugar a la famosa salsa de tomate y, por supuesto, a la sopa de tomate. Los italianos fueron los primeros en incorporar tomates en sopas, y su sopa de tomate básica se convirtió en un pilar de la cocina italiana.
Con el tiempo, la receta de la sopa de tomate se extendió por toda Europa y más allá, adaptándose a los gustos y tradiciones locales. En Francia, por ejemplo, se desarrolló la conocida "sopa de tomate a la provenzal", en la que se añaden hierbas aromáticas mediterráneas como el tomillo y el romero.
En Estados Unidos, la sopa de tomate adquirió un estatus icónico, especialmente después de que Campbell's lanzara su famosa "Tomato Soup" en 1897, convirtiéndose en un alimento reconfortante para generaciones de familias estadounidenses.
Hoy en día, la sopa de tomate se disfruta en todo el mundo en una variedad de formas, desde las versiones más simples y caseras hasta las más elaboradas y gourmet. Y con la incorporación de ingredientes como las aceitunas Fragata, esta sopa clásica sigue evolucionando, demostrando que, aunque tenga siglos de historia, siempre hay espacio para la innovación en la cocina.
INGREDIENTES:
Escalda los tomates en agua hirviendo durante unos minutos.
Luego, pásalos por agua fría y retira la piel.
Pícalos en trozos grandes y reserva.
Sofríe en una olla o sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio.
Agrega la cebolla picada y cocina hasta que esté transparente.
Añade los dientes de ajo y el pimiento verde picados, hasta que estén tiernos.
Agrega los tomates picados a la olla y mezcla bien con el sofrito.
Agrega una cucharada sopera de azúcar moreno o el que prefieras.
Cocina removiendo de vez en cuando, hasta que los tomates se deshagan y se forme una salsa espesa, si se agarra un poco hay quien lo prefiere así, le da un sabor especial.
Vierte el caldo de verduras o agua sobre la mezcla de tomate y verduras.
Deja que la sopa hierva a fuego lento durante unos 15-20 minutos para que los sabores se mezclen bien.
Apaga el fuego y agrega un manojo de hierbabuena, remuévelo y deja reposar unos minutos.
Quita la hierbabuena y lista para servir.
Vierte la sopa caliente encima de un buen trozo de pan tostado para que se empape en tazones individuales. Decora con hojas de hierbabuena fresca.
¡Y voilà! Ahora puedes disfrutar de una sopa de tomate reconfortante con el toque especial que aportan las aceitunas Fragata. ¡Buen provecho!