La focaccia es un pan muy típico de la cocina italiana que hoy en día puede encontrarse en las panaderías de medio mundo. Y es que, gracias a su sencillez en el modo de elaborarlo y a su versatilidad, es perfecto para acompañar diferentes platos, para preparar sándwiches o como picoteo en excursiones y salidas al aire libre.

Es un pan sencillo de preparar y de fácil cocción sobre plancha u horno. El sabor característico se lo dan el aceite de oliva y la mezcla de especias que se incorporan antes del horneado. Para hacerlo aún más mediterráneo, se puede aderezar con otros ingredientes, como aceitunas negras. En este caso, hemos optado por una deliciosa receta de focaccia de aceitunas verdes, ajo y tomillo.

El origen de la focaccia se remonta a la Antigua Grecia donde era muy popular y no solo se consumía a diario en los hogares sino también entre las fuerzas militares. Se cree que fue así cómo los soldados romanos entraron en contacto con este pan y lo llevaron hasta Roma, comenzando así la difusión de la focaccia en Italia. 

En sus inicios, fue la antecesora de la pizza que conocemos hoy, pero la focaccia ha ido evolucionando y se ha convertido en un plato con nombre propio, ampliamente consumido en toda Italia y más allá de sus fronteras.

Su aroma y sabor especiado y el toque de las aceitunas le aportan un carácter 100% mediterráneo que nos transporta a esas tardes de verano junto al mar.

INGREDIENTES:

100 g de aceitunas verdes con ajo y tomillo Fragata

400 g de harina

120 ml de agua

120 ml de leche

30 ml de aceite de oliva

15 g de levadura de panadero

10 g de sal

20 g de queso parmesano

40 g de tomates secos

1 g de tomillo fresco

1g de romero fresco

y picada.