Si el invierno se te ha hecho muy duro y ya sueñas con el verano, ¡no vayas tan deprisa! Las vacaciones de Semana Santa se adelantan un poco este año y son la ocasión perfecta para hacer un paréntesis en nuestra rutina con algún plan especial.
Parecen pocos días pero en realidad es el momento ideal para organizar un pequeño viaje sin los agobios o el calor veraniego. Como las improvisaciones no son buenas, te proponemos 5 escapadas de Semana Santa para que elijas tu destino ideal para sacarle el máximo partido a estas fiestas.
Sevilla
Si Sevilla tiene un color especial, ahora es cuando brilla como nunca. La capital andaluza vive como ninguna el fervor de la Semana Santa pero tiene mucho más que ofrecer además de las fiestas. Elegida como el mejor destino urbano de 2018 por Lonely Planet, visitar Sevilla es adentrarse en callejuelas llenas de arte y de historia, con una confluencia de culturas que han dejado su huella en cada esquina. La ciudad está llena de monumentos por descubrir pero también es un lugar para callejear y dejarse seducir por la riqueza gastronómica de sus bares y tabernas centenarias. No hay nada como entregarse al tapeo local después de un buen paseo disfrutando de su clima cálido, tan agradable en esta época del año.
Cantabria y el Parque de Cabárceno
Visitar el norte del país es dejarse seducir por los verdes paisajes que combinan valles y montañas con un litoral salpicado de pueblos costeros que enamoran y conquistan con su gastronomía. Cantabria es un destino ideal para escapadas en familia, con el Parque de Cabárceno como gran atracción para todas las edades. En un gran paraje natural de impresionante belleza, este parque acoge más de 150 especies animales que viven en semilibertad; es tan grande que hay que visitarlo en coche y te hace sentir en un safari. Además desde aquí se pueden hacer muchas excursiones únicas, como las impresionantes Cuevas del Soplao, el el Teleférico de Fuente Dé en plenos Picos de Europa o la siempre animada capital de Santander.
León
Nombrada como Capital Española de la Gastronomía de 2018, León es una escapada que hará las delicias de los amantes de la buena mesa. La ciudad castellana atesora además muchos secretos y sorpresas que reflejan sus más de 2000 años de historia, empezando con su impresionante catedral gótica. Las magníficas vidrieras quitan la respiración al contemplarlas con los primeros rayos de sol y son un buen punto de partida para cualquier visita. Las calles leonesas conjugan tradición y modernidad, mostrando las huellas romanas y medievales con rincones llenos de encanto que parecen sacados de cuentos. Y como curiosidad, su Semana Santa ofrece una procesión única, el Entierro de Genarín, de origen laico y que está dedicada a un pellejero muy querido que murió atropellado en 1929.
Bolonia
Italia es una apuesta segura para quienes busquen una escapada más internacional, pero hay vida más allá de Florencia o Roma. El norte del país también está lleno de atractivos y Bolonia se alza como el gran destino por descubrir, con uno de los centros medievales más antiguos y un gran ambiente joven para disfrutar de su variadísima cocina. La ciudad guarda sospresas en cada esquina: plazas y torres históricas, elegantes palacios, museos, parques, fuentes y monumentos... Además, en Bolonia acaba de abrir el Eataly World, todo un parque temático de enormes dimensiones dedicado enteramente a la gastronomía italiana, un verdadero placer para los sentidos.
Toulouse y la Occitania
No siempre hay que volar a París para visitar a nuestros vecinos franceses. Mucho más cerca tenemos la Occitania, región del sur llena de ciudades y pueblos por los que podemos hacer nuestro particular tour por carretera. Toulouse es la capital y un buen punto de partida, ciudad histórica pero también moderna, con un riquísimo patrimonio que ha sabido conservar para maravillar a los visitantes. Desde ella se pueden hacer excursiones por los alrededores para descubrir sus bellos paisajes, y es imprescindible la visita a Carcasona, la imponente ciudadela medieval con la que pareces viajar a otra época.
Si todavía no tenéis claro vuestro destino para Semana Santa siempre podéis aprovechar para visitar a amigos o familiares que estén viviendo en otros lugares. ¡Seguro que les hace mucha ilusión ejercer de anfitriones! Así tendréis guía personalizado y alojamiento gratutito, pero no olvidéis llevar algún detalle. Los regalos gastronómicos siempre triunfan y siempre hay sitio en la maleta para incluir unas ricas aceitunas con las que recordar ese sabor tan nuestro para compartir.
