Si hablamos de otoño, hablamos de colores marrones, ocres, rojos y amarillos. De temperaturas suaves que empiezan a descender y días que van poco a poco acortándose. El otoño es la época perfecta para pasear por bosques y arboledas, disfrutar recolectando setas y hongos y, por qué no, también castañas para hacer al calor del fuego en las tardes de invierno.

Es una estación perfecta para disfrutar del turismo rural y organizar planes de fines de semana que nos permiten conocer mejor, no solo los rincones de nuestro país, sino también su cultura y gastronomía. Según datos del Observatorio de Turismo Rural, en 2021, casi un 41% de los españoles se decantó por el turismo rural, siendo los destinos preferidos Asturias, Andalucía, Aragón y Castilla y León.

Y es que, hoy en día, el turismo rural ha sufrido una gran evolución debido, entre otros motivos, a la gran variedad de planes y alternativas que han surgido en torno a él. Cuando se habla de turismo rural, ya no es solo ir a pasar el fin de semana a una casa en el campo o en el pueblo. Ahora la oferta es muy amplia y hay para todos los gustos: geoturismo, astroturismo, turismo troglodita, turismo experiencial, turismo creativo, cultural, ecoturismo, enoturismo, gastroturismo y así un largo etcétera.

Hoy nos vamos a detener en una modalidad de turismo rural que cada vez está ganando más adeptos.

Oleoturismo

Este tipo de turismo rural se desarrolla en regiones cuya actividad se centra en el aceite de oliva, uniendo naturaleza, gastronomía y tradición y que tiene una fuerte presencia en Andalucía.

Una alternativa que cobra importancia entre los turistas nacionales (60%) y por el que también se interesan franceses e ingleses.

Y es que existe una amplia variedad de alternativas para disfrutar del oleoturismo.

Te dejamos algunas de ellas:

• Visitas guiadas a almazaras.
• Catas y degustaciones de aceite de oliva.
• Visita al campo para realizar el trabajo del aceitunero.
• Hospedaje en cortijos.
• Rutas por olivos singulares o centenarios.
• Tratamientos de belleza y masajes (olivoterapia).
• Experiencias gastronómicas en las que el aceite de oliva es el protagonista.

Experiencias que se pueden disfrutar de manera individual o combinar entre ellas. A las que puedes acudir solo, en pareja, con amigos, familia, o como más te apetezca.

Un turismo que puedes realizar durante todo el año, aunque desde Fragata tenemos una recomendación.

¿Y si en otoño apostamos también por el verde?

Verde aceituna y verde olivo.

Aunque hemos comentado que el oleoturismo se puede realizar en cualquier época del año, otoño es una estación ideal para vivirlo con toda intensidad.

Durante los meses de octubre a enero se produce la recogida de la aceituna, por lo que se puede disfrutar tanto de este proceso, como de la elaboración del aceite de oliva.

En el campo se puede ver, e incluso vivir, cómo es ese trabajo del aceitunero. En la mayoría de casos se trata de una representación de cómo se hacía antiguamente, ya que en la actualidad se utilizan métodos que facilitan y agilizan este trabajo.

Luego, en la propia almazara se puede ser testigo de cómo se produce el aceite de oliva en la actualidad, pero también conocer los antiguos molinos y la historia que envuelve el lugar.

Después, queda la mejor parte.

Degustar esos aceites y participar en alguna cata para aprender a diferenciar y valorar el oro líquido.

Si en verano toca playa, en invierno montaña y en primavera campo, ¿qué te parece un otoño rodeado de olivos disfrutando de un producto tan nuestro?